Las fantásticas historias de maría

Había una vez una niña pequeña llamada María, que le importaba mucho la imagen que ella proyectaba a la gente que le rodeaba. María siempre quería impresionar a sus amigos y no hallaba la forma, entonces decidió empezar a mentir sobre cosas que le pasaban aunque no fuera realidad.

Por ejemplo, un día se les acercó a su grupo de amigos de su colonia y les dijo que había visto a Santa Claus en persona y que él mismo le preguntó qué era lo que ella deseaba para navidad. Le pidió la muñeca más costosa que hubiera en la ciudad y según esto , Santa se la obsequió. Otro día les contó al mismo grupo de amigos que se pasaría sus vacaciones en Disneylandia por 2 semanas y que les traería muchos regalos de allá.

Debido a esto, María empezó a agradarle a los demás y a tener más amigos gracias a sus historias fantásticas, ya que ellos muy ingenuos, siempre la escuchaban con atención sin saber que estaba mintiendo.

Un día, la mamá de María le habla y le dice que la ha escuchado contar una historia que no era real. Tú nunca has ido a Disney ni has visto al Santa Claus que te ha obsequiado la mejor muñeca de la ciudad, tampoco has visto al ratón de los dientes y no tienes mejores juguetes que tus amigos. María le dice que todo es un juego, que nunca nadie se enteraría de que sus historias no eran reales y que ya no lo volvería a hacer. Su mamá le dice que si no hace caso ya no saldrá más al parque a jugar.

Tres días después, María se encontraba jugando con sus amigos y se acerca la señora Rosario y les presta una pelota grande y colorida que es de su sobrino para que jueguen. Comienzan a jugar con ella, y cuando todos estaban distraídos, María accidentalmente la revienta y se queda callada. Todos preguntan quién había sido y María negó rotundamente con su cabeza.

La señora Rosario se acercó y preguntó quién era el responsable, pero todos negaron nuevamente. María no quería enfrentar las consecuencias de decir la verdad así que decidió mentir. En eso, la Sra. Rosario dice que María fue quien la rompió, porque la vio por la ventana mientras jugaban, y que solo preguntaba para ver qué tan honestos eran aquellos niños. María se apenó ya que todos habían sido testigos de su mentira. La señora Rosario la hizo disculparse con sus amigos por el incidente y la mentira, y María recapacitó y de pasada confesó que todas las aventuras que había tenido no eran reales, todo era mentira y lo hacía para tener más amigos.

Sus amigos le dijeron que no era necesario decir eso para tener amigos, porque, haya vivido o no esas experiencias, ellos siempre serían sus amigos. Todos la perdonaron y ella también pidió perdón. Y fueron felices para siempre.

-Eduardo Calderón Silos