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no hace falta decir para demostrar

  • Foto del escritor: 4D
    4D
  • 23 may 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 7 jun 2018


Había una vez una hermosa planta disfrutando de los días soleados del verano; a ella le encantaban esos días, donde los rayos del sol pegaban con una delicadeza increíble, todo irradiaba felicidad, las personas que iban al parque, en el que se encontraba la planta, se veían felices con sus familias, se podía observar que todas pasaban un buen tiempo acompañados de sus seres más queridos, a plantita le gustaba mucho cuando esto sucedía porque la alegría que irradiaba cada persona, la hacía sonreír y sentirse feliz.

Sin embargo, como nada es para siempre, desafortunadamente esos días habían acabado. El verano terminó, a la plantita le surgieron sentimientos encontrados, se pusó triste, por el fin de los días plenos de sol, sin lugar a dudas los iba a extrañar; pero al mismo tiempo se sentía feliz, porque ansiaba con todas sus ganas que la lluvia llegara y las gotas de esta recorrieran sus hojas y ramas.

Pasaron varios días y la lluvia no se dignaba a venir, plantita se encontraba muy molesta porque todos los días se quedaba viendo el cielo para ver si la lluvia venía y nada. Plantita, en su desesperación le preguntaba al cielo: "¿Dónde están las nubes?", ansiaba que llegaran las nubes para que dejaran caer sus gotas. Pasaban los días y nada, el cielo azul llegaba hasta el infinito.

Cuando ya se sentía resignada, Plantita divisó a la distancia una pequeña nube, esto le devolvió la esperanza, en seguida sintió una leve brisa de viento fresco, la cual fue arreciando, Plantita volteó nuevamente a donde había visto la pequeña nube, y cuál fue su sorpresa, en el firmamento avanzaban nubes acompañadas de estruendos y relámpagos. Plantita se sintió feliz.

Los adultos y los niños de repente corrieron a refugiarse como si presagiaran fuera a suceder algo malo. Por fin llovió, sin embargo las gotas eran muy grandes, se precipitaban con mucha fuerza al caer, éstas lastimaban a Plantita.

Tanto había esperado la lluvia que ahora, contrariada, deseaba amainar para no sentir más dolor. Ella miró hacia al cielo, su mirada era suplicante y como si el cielo comprendiera la lluvia se transformó en gotas pequeñas, las cuales, caían suave y lentamente. Plantita se puso feliz, de repente los niños salieron a brincar en los charcos que dejaba la lluvia, todo se lleno de alegría. Finalmente el cielo y la lluvia disfrutaron tanto el momento que invitaron al Sol a asomarse, en cuanto lo hizo, otro invitado llamado se sumó, y llenó con sus bellos colores el firmamento, Plantita fue aún más feliz y todo el dolor que sintió en algún dado momento había cesado.


-María Fernanda Puentes

6 comentários


Monica Mora
Monica Mora
01 de jun. de 2018

Linda historia y con una reflexión muy buena. La situación puede ser mala, pero al final, todo mejora.

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richrivera6
01 de jun. de 2018

Todo al final se supera y es mejor.

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Daniela Rivera
Daniela Rivera
31 de mai. de 2018

Aun teniendo problemas al final todo mejora

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Sandra del Rio
Sandra del Rio
31 de mai. de 2018

Creo firmemente en la frase "Después de la lluvia siempre saldrá el sol bonita experiencia


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Liliana Cansino
31 de mai. de 2018

Al final todo es mejor

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