top of page

ESE LABERINTO CAPRICHOSO

  • Foto del escritor: 4D
    4D
  • 26 may 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 27 may 2018



El ser humano se rige de emociones al final del día. Nadie puede culparnos, fue gracias a ese lado salvaje e impulsivo que le ganamos la guerra a la evolución. Es a parte el lado más honesto de nuestra humanidad y posiblemente el maestro más doloroso, pero efectivo. El dolor nos enseñó a no correr tan rápido para evitar el escozor de una rodilla raspada, el miedo a reaccionar ante una situación de peligro (me atrevo a creer que es quizá una de las emociones más incontrolables que tenemos). La tristeza te instruyó que no todo son arcoíris y mariposas y la importancia de la vulnerabilidad, el asco te demostró aquello que te provoca placer y lo que no (probablemente es un sensor de riesgo como el que tienen los animales al ver cuáles alimentos son venenosos o no agradables por el color y/o aroma que se nos quedó con la carrera de la evolución) y la alegría es básicamente el motor de la vida junto a la mejor droga jamás inventada. Lo maravilloso de las personas es su forma de reaccionar: ninguna lo hace de la misma manera o bajo el mismo código. Por ejemplo, la gente con un temperamento fuerte y las de carácter sereno. Es fácil identificarlas por su forma de demostrar enojo en una discusión, satisfacción en una tarea bien hecha o desconsuelo por una meta no lograda.


Ahora bien, ¿es posible controlar las emociones?


Citamos en el siguiente artículo las opiniones al respecto y cómo podemos controlar ese lado impulsivo en nosotros:

“Hay muchas teorías al respecto. Algunos psicólogos creen que tenemos el control total sobre nuestras emociones y otros creen que no existe ninguna posibilidad de controlarlas. Sin embargo, hay investigaciones que concluyen que la forma en que interpretas tus emociones puede cambiar la forma como las vives. La forma en que reacciones frente una emoción en concreto condicionará cómo actúa sobre ti.

  • El orador que sufre frente la idea de hablar en público lo hace porque interpreta sus nervios como algo negativo, como una señal que le está enviado su cuerpo para que salga corriendo de allí.

  • Por otro lado, alguien que interprete esos mismos nervios como excitación y ganas de hacerlo bien probablemente tenga más éxito en su conferencia.

La moraleja es que tu cuerpo te proporciona la energía para hacer algo, pero cómo usar esa energía lo decides tú.” HABILIDADSOCIAL.COM

Esto suena lógico, ya que, en efecto, la mayoría de nosotros somos capaces de notar las emociones de otras personas y llevarnos un mensaje positivo o negativo de los otros (mas no definitivo). Pero ¿qué procede cuando las conmociones nos hunden en vez de ayudarnos a progresar?


“La amígdala es la parte de tu cerebro encargada de disparar las emociones, como si fuera una respuesta automática en forma de agresión o huida frente una amenaza. Por eso es tan difícil controlar mediante la fuerza de voluntad el origen de tus emociones: significaría anular esta respuesta para la que estás programado genéticamente. Este tipo de respuesta emocional es, por lo tanto, necesaria. Sin embargo, en algunas personas no está correctamente regulada y puede ocurrir que:

  • Se dispare en situaciones donde no existe una amenaza real (provocando la ansiedad)

  • Sea incapaz de desactivarse con el paso del tiempo (como en la depresión). Por algún motivo, el cerebro entra en modo de supervivencia y se queda anclado ahí.

Cuando estás en fase de lucha-huida y la amígdala ha tomado el mando de tus actos, normalmente ya es demasiado tarde. Por eso debes aprender a actuar antes. Tienes que acostumbrarte a detectar aquellas señales que te indican que vas camino de no poder dominar tus emociones.” HABILIDAD SOCIAL.COM


Conque al final, mi teoría es correcta. En fin, el impacto es incontrolable, pero su resultado como tal, no. La mejor manera de no dejarnos derrotar es hablar a tiempo con las personas de confianza sobre el golpe de una emoción. Las emociones son bolas de nieve; podrán no ser la causa de una crisis, pero sí la base. Y si no se discute, la bola crece y crece y crece hasta aplastarnos para siempre. Sirve mucho respirar y despejar la mente, volcar todo en aquello que adoramos hacer, meditar y admito que hasta comer. Si en el amor y en la guerra todo se vale, ¿por qué no también en la psicosis humana?


-Montserrat Benítez

5 commenti


richrivera6
01 giu 2018

Monserrat estas en lo correcto se me hizo una explicación bastante buena y yo también pienso eso de controlar nuestras emociones etc.

Mi piace

Daniela Rivera
Daniela Rivera
31 mag 2018

Excelente explicación, estas en lo correcto al mencionar que tenemos que tener una "moraleja" en experiencias pasadas y reaccionar de manera adecuada

Mi piace

Liliana Cansino
31 mag 2018

Muy buen trabajo, estoy de acuerdo contigo que debemos de controlar las emociones que hemos tenido a lo largo de nuestra vida y sobre todo pensar antes de actuar

Mi piace

marianamchavez.pereyra
31 mag 2018

Claro que tenemos que aprender a manejar nuestras emociones según las experiencias que hemos vivido durante toda nuestra vida, saber expresarlas de manera correcta para que ni nosotros ni nadie más salga lastimado.

Mi piace

gerardo.hernandez
30 mag 2018

Muy interesante el tema Monserrat y al mismo tiempo muy complejo. Definitivamente tenemos que aprender de las experiencias pasadas y pensar bien la forma en la que reaccionamos. Hoy leía una frase de Oprah Winfrey donde señala que una reacción de enojo nos lastima más a nosotros mismos que a los demás. Así que a aplicarnos y sobre todo recapacitar y regresar a dialogar cuando tengamos esas reacciones. A mí se me puede olvidar al otro no lo sé.

Mi piace

© 2020 by La Vie created with Wix.com

bottom of page